El embalaje para bebidas tiene unas especificidades por volumen y el contenido. Aquí indicamos cuáles son los principales tipos de embalaje y de sistemas.
Materiales de embalaje primario para bebidas más utilizados
Las bebidas pueden ser de varios tipos y, dependiendo de sus características, se usan determinados embalajes. Aunque aislarlas es lo principal, en algunos casos es importante, igualmente, garantizar que no se expondrán al sol. Por eso, por la textura del líquido y por cuestiones ecológicas, existen distintos materiales. Estas son las principales opciones que se utilizan en cuanto a materiales:
- Latas
Las latas se utilizan, fundamentalmente, para refrescos. Al ser opacas, garantizan una buena conservación de la bebida y no se necesitan cajas de cartón como embalaje secundario, pues suele usarse plástico. La lata ofrece portabilidad y, además, suele ocupar menos espacio que una botella. Esta es una opción de implantación relativamente reciente, paralela al aluminio. - Embalaje para bebidas en botellas
La botella es uno de los embalajes más antiguos que existe, pero no por ello ha perdido incidencia. El vidrio sigue siendo el protagonista para bebidas como el vino o la sidra. Por contra, para los refrescos suele utilizarse el plástico. En cualquier caso, la botella sigue siendo una opción interesante porque ofrece mejores opciones de conservación que una lata. - Cartones
El cartón tiene múltiples posibilidades, pero lo más común es que se utilice para zumos y vino. Hoy en día, además, suele ser biodegradable, por lo que se minimiza el impacto; además, este tipo de material se puede trabajar de varias maneras. Aunque el tetrabrik ya existe desde hace varias décadas, se han generalizado nuevas opciones. - Barriles
Finalmente, el barril es un clásico, en sus orígenes de madera, y, pese al tiempo, aún se utiliza a pequeña escala para la cerveza y el vino. A veces de cartón (bag-in-box), a veces de aluminio, es una solución para el consumidor particular. Para profesionales, las dimensiones de estos embalajes primarios son mayores.
Los principales sistemas de embalaje para bebidas
Ya hemos hablado de los embalajes primarios, pero aquí hay que hacerlo del sistema, que engloba, también, los embalajes secundarios y terciarios. De poco sirve cubrir bien una botella o una lata si después tiene riesgo de ruptura.
Al final, un sistema de embalaje no es solo guardar el contenido, sino taparlo, clasificarlo y asegurarlo. Este último punto, el de asegurar la carga, es el más importante en las bebidas. No sirve cualquier tipo de embalaje, de ahí que convenga conocer las distintas opciones para elegir la más adecuada para lo que te interese.
En consecuencia, y al igual que en la comida, existen distintos sistemas de embalaje para las bebidas que sortean las dificultades. Podemos clasificarlos de la siguiente manera, de menor a mayor beneficio para las empresas:
1. Sistema de embalaje manual
Este tipo de sistema está en desuso. Y, para ello, se llenaría directamente desde la cuba o barril. Tan solo puede utilizarse en líneas de producción muy pequeñas, donde cada botella tenga un valor añadido muy alto. Podría suceder, por ejemplo, en algún vino de alta gama que venda esto como valor añadido, aunque cada vez menos.
Fuera de lo que es el ámbito artesanal, el embalaje manual tiene poco recorrido actualmente porque no es competitivo. No en vano, se pierde mucho tiempo y no se consigue un resultado mejor, así que está en retroceso.
2. Sistema de embalaje semiautomático
Los sistemas de embalaje semiautomático están concebidos para mover cargas irregulares, combinando actuación humana y maquinaria. Esto es especialmente importante en las botellas, ya sean de plástico o de vidrio. Una buena opción para responder de forma ágil son las flejadoras. Estas máquinas pueden flejar una carga para evitar que se caiga durante los transportes.
Sí es verdad que el trabajador tiene que intervenir, pero la ventaja es que se conseguirá una mayor estabilidad y sujeción de la carga gracias a los flejes. Además, y si se trata de pequeñas empresas, suele ser una buena opción de uso si tienes trabajadores cualificados que puedan hacer las maniobras porque cuesta menos dinero. Hay que señalar que, como solución a pequeña escala, suele funcionar bien; si tienes un presupuesto pequeño y una necesidad de envolver puntual y limitada, te valdrá.
Por contra, una flejadora no puede responder igual de bien a una carga de trabajo elevada. Y requiere de una cualificación previa del trabajador. Tampoco podemos olvidar que el riesgo de accidente laboral es mayor.
3. Sistema de embalaje automático
Un sistema de embalaje automático es aquel en el que el trabajador no tiene que intervenir durante el proceso. Simplemente, tiene que encargarse de encender y apagar la máquina a través de un software específico. Esto te ayudará a ganar en competitividad frente a otras empresas.
Para un sistema de embalaje automático de bebidas, la mejor solución es la enfardadora de palets. Esta se encarga de cubrir y fijar cada palet con film transparente, proporcionando estabilidad y, a su vez, protegiendo la carga del polvo y otras impurezas. Además, se incorporan sistemas de cambio automático de bobina, lo que reduce al mínimo los tiempos de paralización. Por otra parte, el riesgo de accidente laboral prácticamente desaparece. Finalmente, y esto también hay que decirlo, se reduce la necesidad de mano de obra porque se automatiza el proceso.
Existen diversas enfardadoras para bebidas, dependiendo de las necesidades que tenga tu empresa y de las características de la carga. Por ejemplo, el modelo Saturn S8 puede envolver hasta 160 palets por hora, óptimo para grandes producciones o un ritmo de actividad alto. Una ventaja añadida es que las velocidades pueden variar, aunque siguen siendo mucho mayores que con otros sistemas.
El único inconveniente de los sistemas de embalaje para bebidas automáticos es que exigen una inversión previa. Y, aunque a corto plazo pueda resultar algo gravosa, el aumento de la productividad compensa claramente el gasto.
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